Odio las despedidas.
Simplemente, pueden conmigo. Odio tener que verte marchar cada noche, pensar
que después de salir por esa puerta eres arrastrado a un lugar diferente. Odio
esos cinco últimos minutos antes de volver a la realidad. Odio tener que
comprender que lo que yo quiero es dormirme a tu lado y despertar ahí, sin
nadie de por medio. Sin despedidas, sin por un momento decir nos vemos mañana.
Quiero besos que prometan amaneceres a tu lado, noches en vela amándonos,
desayunos en la cama.
Corriendo a los brazos de mi chiquitica M
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