sábado, 24 de mayo de 2014

Una salida, un baile, unos cuantos tragos y un par de besos.

La noche del sábado prometía, días antes se rumoreaba que el chico F me deseaba, y yo como quien no  quiere la cosa lo negaba. 

Recibí la noche con incertidumbre y un poco de nervios por lo que podía pasar esa noche. Mientras me preparo para la gran salida, miles de preguntas pasaban por mi cabeza, mi mente creaba todos los escenarios que podían presentarse esa noche, sin saber que una mirada derrumbarían cada escenario pensado. 

Llegué al lugar, y para mi mala suerte el chico F aun no había llegado,así que mis nervios aumentaron y las  ansias me consumían. Después de un par de horas por fin llego y al verlo se esfumaron todos mis temores.

La noche apenas comenzaba, la música estaba en su nivel mas alto, el lugar se empezó a llenarse de risas, movimientos y miradas coquetas, el alcohol se mezclaba cada instante mas entre las personas, unos cuantos tragos para mi, para él y para ellos. En el momento menos esperado el chico F se aproxima a mi y me invita a bailar, apenada acepte, ya que el baile no es mi fuerte. Como pude hice mis mejores movimientos , un par de horas mas tardes podía sentir cada parte de su cuerpo por un momento me olvide del resto del mundo y mis manos comenzaron a acariciarlo, palpar que era real sus manos continuaron el juego y todo termino en un beso tímido pero a la vez pícaro.

Las horas junto a él pasaron volando, llego el momento de despedirnos, pero su mirada me decía que quería seguir y no deseaba partir. Desde ese momento sentí la magia que desde hace tiempo no había sentido, supe que comenzaba una nueva aventura, una nueva historia que tenia que vivir. 

Al salir de aquel lugar no queríamos separarnos así que alargamos la noche y nos fuimos a comer. Ahí volví  a caer en razón, desperté del hechizo que me tenia su mirada y volvieron las preguntas a mi cabeza. comencé a cuestionar todo. ¿nos besamos, y ahora que? ¿hasta aquí llegara todo? ¿que estoy haciendo?, el tiene novia. ¿será que me arriesgo a vivir esta aventura o no vale la pena?.

Al terminar de comer, el me miro y me pregunto¿ahora que? su mirada me volvió a hechizar y solo sonreí como tonta aceptando pasar el resto de la noche en su casa. En un abrir y cerrar de ojos, me encontraba en camino a su casa, deseando llegar y besar cada rincón de su cuerpo. En la oscuridad de su habitación entre besos y caricias nos fuimos quitando la ropa, el deseo y la pasión que había eran indescriptible.

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