Hace mucho que no escribo, ¿Qué me está pasando? ¿Quién soy yo, donde están mis demonios de almohada? Siguen existiendo, aunque ahora no tengo tiempo para ellos. Las paredes de mi cuarto lloran, al ver que en la calle todos se besan sin amarse, el mundo se consume, mientras yo asumo que no tengo a quien escribirle ni perro que me ladre, que tengo una historia de amor a medio empezar y otra a media acabar, unas maletas en el salón que me esperan para marchar. En mi pecho ya no florece nada, solo crujen unos huesos mal engranados, sin embargo hay goteras en mi cabeza que no paran de sangrar. Tú chico F dime algo nuevo, hazme sentir espacial, consigue que te deje desayunar, y te prometo un rincón detrás de estos ojos marrones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario